Bodas
Mendiolaza | Córdoba
ANTO + JUAN
Ahí me ví, en el espejo, tal cómo me lo había imaginado, tal como lo habíamos planeado. En un vestido impresionante, pesado, pero perfecto, con su cola larguísima, íntegramente bordado en piedritas blancas, de doble encaje, su espalda al aire y detalles en transparencias. El velo, jugado, con ese tono más cálido y el largo.. muy largo pero simple, sin nada más que tul.
Llegué al salón y ahí estaba mi príncipe, impecable en su traje, con sus ojos chinos y pestañudos, y su sonrisa enorme. Todo, todo tenía sentido, ahí mismo, en ese momento, cuando cruzamos las miradas, con todos nuestros seres queridos como testigos. Intenté caminar lento, mirar a todos los que pude a los ojos, para no olvidarme ningún detalle de esa hermosa tarde de febrero. Los nervios, la ansiedad, todo se fue y dió lugar a la emoción, enorme emoción que me daba caminar hacia mi Juancho amado, con mi papá del brazo. Simplemente faltaba dar el si frente a todos.
(Texto estraido del feed de Anto, el cual refleja de forma perfecta ese dia)